Cuenta con salas para exposiciones y espacios comunes que, sobre todo durante el fin de semana, revitalizan el aire de la plaza con degustaciones y actuaciones en directo.

El mercado de Doña Carlota es un pedazo de historia, un trozo de un Madrid inconfundible que sirvió para rodar algunas escenas de la película Volver, de Pedro Almodóvar: Penélope Cruz compra fruta en un puesto y, en una ferretería, se hace con el material necesario para deshacerse del cadáver de su marido.

Entre tanto, la vida sigue en el mercado de Doña Carlota.

 

Al mismo tiempo, se han abordado las obras necesarias para hacer del mercado un espacio accesible a través de la adecuación de los tres accesos de que dispone, la instalación de un ascensor para comunicar las dos plantas y la habilitación de un aseo para discapacitados.

El mercado sigue contando con la oferta comercial tradicional de pescaderías, fruterías y verdulerías, carnicerías, panaderías, tiendas de ultramarinos, cafeterías, calzado, fotografía y de otras especialidades, tanto alimentarias como no alimentarias, haciendo del mercado un punto de reunión, conversación y compra para los vecinos del barrio.